El Sexo produce Bienestar
De todas las actividades que el ser humano puede realizar, una de las que mayor sensación de bienestar produce en el mismo momento de su realización es el acto sexual. La actividad sexual, sola o en compañía, se desarrolla como un mecanismo de recompensa que utilizamos los humanos para sentirnos bien con nosotros mismos. Además, si nos referimos al sexo en pareja, debemos añadir el plano emotivo y sentimental que también entra en juego. Ya no es simplemente una satisfacción física, sino que también lo es emocional.
Perder las ganas de Sexo
En ocasiones ocurre que una persona pierde el interés por el sexo, que su libido ha disminuído. El ritmo de vida actual hace que acarreemos mucho estrés, obligaciones, preocupaciones, responsabilidades,etc. que nos hacen relegar a un segundo plano aquellas actividades que nos producen placer, entre ellas el sexo. Y con el sexo ocurre lo que con muchas otras cosas, que cuando se deja de practicar se olvida la satisfacción que nos produce. Priorizar determinados aspectos de la vida cotidiana e incluso el cansancio que éstos nos provocan nos hacen dejar de lado aquellas que nos producen bienestar, y ese es un comportamiento errático. Por eso, es importante que de vez en cuando frenemos ese ritmo frenético y dediquemos un determinado tiempo a recuperar aquellas cosas que tanto nos gustan, como por ejemplo, practicar sexo.
El Sexo tras el primer Hijo
Muchas de las parejas que acaban de tener un hijo, sobre todo si son primerizos, ven como su vida entera cambia por completo. Y el sexo no se escapa de ello. En la época del postparto es normal que ninguna de las partes tenga ganas de hacer el amor. Los dos deben adaptarse a la nueva situación y a su recién estrenado papel de padres. Fisiologicamente hablando la mujer sufre una disminución de las hormonas sexuales durante los días consecutivos al parto. Además, también es cierto que la hormona que segrega la leche materna es totalmente antagonista a las hormonas sexuales, así que es lógico que el deseo desaparezca en esos días. Lo que hay que hacer es conservar la paciencia y manejar la situación de la mejor manera posible, nunca dejarse invadir por la sensación de pérdida de apetito sexual. No hay que olvidar que una actividad sexual no consta solo del coito, sino que implica una seducción, unas caricias, besos y abrazos que también son muy importantes. Cuando la libido baja de esta manera se recomienda buscar esos pequeños encuentros en los que ni tan siquiera es necesario llegar a un orgasmo para sentir satisfacción. Las parejas primerizas necesitan darse tiempo para recuperar la normalidad sexual, pero nunca deben olvidar que a parte de padres ellos siguen siendo una pareja sentimental.
Imaginación al poder
Otra buena arma para no perder el apetito sexual es luchar a toda costa contra la monotonía. La imaginación sirve de ayuda para conseguir ese objetivo. No en vano el mayor órgano sexual que poseemos es, sin duda, el cerebro. Así que introducir juegos y juguetes sexuales en nuestra actividad sexual fomentará las ganas y el deseo de compartir esa intimidad con el otro. La buena sexualidad, por muchos años que pasen, hace que las parejas sigan teniendo una vida sexual satisfactoria incluso llegados a los 70 años ( siempre y cuando no exista una enfermedad crónica que lo impida).
Fuente: www.vivirmejor.es
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