jueves, 1 de julio de 2010

En el Taxi... (Historia-1ra parte)

Noche completamente despejada. Perfecta para ponerme mi abrigo y darme una caminada por las calles de Manhattan. Luna llena y las estrellas más brillantes que nunca. Era una noche de Noviembre y hacia frío. Caminando sola y pensando en la última noche en que estuvimos juntos. Mi mente se transportó a ese día maravilloso y mirando al cielo me imaginé tu cuerpo desnudo sobre el mio. Cualquiera que pasara por mi lado podía percibir el deseo navegando por mi cuerpo. Era algo inevitable... que lástima que ya estás lejos de mi.



Seguí mi rumbo hacia ningún sitio en específico. Me paraba en las vitrinas de las tiendas a ver todas esas hermosas modas, zapatos, joyas, carteras... por mi me las compraba todas. Gracias a Dios que no tenía mis tarjetas de crédito conmigo porque me hubiese desahogado con ellas comprando lo que se me antojara. Esta depresión de no tenerte me vuelve loca!




Me detuve en un Café a tomarme un chocolate caliente, el frío estaba aumentando mientras el reloj corría sin freno. Me senté y mientras me comía un delicioso pedazo de bizcocho tiramizu, perfecto para mi dieta, miraba a esta hermosa pareja dandose besos de piquito.

-"Tienen que estar empezando una relación o estan de honey moon"- pensé entre mi.

Así mismo estabamos hace unos días atrás antes de que me dijeras que necesitabas un tiempo.
-"Ja, ¿un tiempo para qué?!!- Pero bueno, dejo que el destino recorra su camino.



Ya mi cuerpo se había acobijado en el Café y subí mi temperatura con ese chocolate caliente espumoso con mucho whip cream. Así que ya estaba ready para mi rumbo de regreso a mi apartamento. Caminé tanto que mis tacones altos estaban ya lastimando mis pies. Sí, tengo la mala costumbre que aunque sé que vaya a caminar mucho me pongo mis tacones ya que no soy chica de usar tennis ni zapatos sin tacón. -"Antes muerta que SENCILLA"- siempre me digo ante el espejo.



Caminé como dos cuadras más pero no aguanté. Así que decidí detener un taxi. Esos carros amarillos que te llevan para donde tu quieras. Esa idea de montarme con un desconocido nunca me ha agradado. ¿Y si a ese hombre desconocido le dá por raptarte y llevarte a no se donde y a hacerte no sé que carajos? Eso siempre me ha dado miedo, pero en serio que no aguantaba más los zapatos y caminar descalza...no way!!! ¿Qué me vean así por ahí y un paparazzi me coja in fragantti y al otro día salga en la primera plana de Peoples, The New Yorkers, Elle, Glamour, Cosmopolitan o algunas de esas importantes revistas? Siempre me he creído una artista y créeme que mi interés de mudarme para New York fue principalmente para ser famosa y como dice Luis Fonsi, no me daré por vencida.


Movía y agitaba mi mano y nada pasaba. ¿Tenía entonces que hacer el llamado mediante un silbido escandaloso para que se detuvieran? Primero que yo no se silbar y segundo no me iba a poner con esas cafrerías. A lo mejor sacando una pierna desnuda del abrigo me hacían caso pero los paparazzi podían estar escondidos en algun arbusto. Dale y vuelvo yo con eso...

Pasaron como 10 minutos y nada. Es que yo soy muy pendeja para estas cosas. -"Oh Dios, si no me dolieran tantos los pies"-. De repente de la nada se detuvo frente a mi uno de esos carros amarillos. Uffff por fin!! Pero ese pensamiento que tuve de los desconocidos taxistas violadores y pervetidos me vino a la mente. Pero ni modo, tenía que llegar a mi apartmento. Cuando abrí la puerta de atrás me quede sorprendida por un momento.

-"¿Te vas a quedar ahí frizada?"- Una voz masculina me preguntó

-Dale entra que está frío- Una voz femenina secundó.

Pero ¿no se supone que cuando tu entras a un taxi este vacío? Ahí habían montadas dos personas.


Y las dos mismas personas que se estaban dando besos de piquito en el Café.

-WTF!!- pensé...




**Continuara...






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